A prueba: Jeep Wrangler

Su llegada me tomó por sorpresa. De haber sabido que venía, hubiese echo planes para una escapada off road épica. Por suerte, llegó en un momento en que había tiempo en mi agenda -y si bien la aventura no fue lo que pudo haber sido-, la acampada de fin de semana en la playa, ¡no estuvo nada mal! Y es que un Jeep Wrangler es tu mejor amigo cuando quieres abandonar el asfalto y el concreto de la ciudad. En esta ocasión tuve el modelo Rubicon 2018, una joya sobre cuatro ruedas que no permite un minuto de aburrimiento.

Rediseñado y con nuevo estilo, es más amplio, alto y ancho que su predecesor, está repleto de detalles que hacen la vida más agradable. Los materiales en la cabina son de mejor calidad, tanto, que con honestidad les digo que este vehículo puede verse de tú a tú con algunos SUV de excelente factura.

 

Aún se mantienen dos opciones de techo: Blando (Zipperless Premium y Freedom Top) y rígido, desmontable en paneles que pueden guardarse en el maletero sin mucho problema. Incluso, las puertas pueden desmontarse gracias a un sistema de bisagras que se quitan fácilmente.

Entre las novedades, se encuentra también el motor turbo de 2.0 litros y cuatro cilindros (270 caballos de fuerza y 295 libras por pie de torsión), y aun cuando la transmisión manual de seis marchas es estándar, existe la posibilidad de contar con una transmisión automática de ocho velocidades. Dicho esto, aclaro que el motor estándar es un V6 de 3.6 litros que entrega 285 caballos de fuerza y 260 libras por pie de torsión.

Pese a ser un vehículo de buen tamaño, el manejo no es complicado. Se siente sólido, mas no, pesado. Eso sí, hay que tener en cuenta que, gracias a su altura, entrar y salir del Jeep puede ofrecer algún que otro desafío, particularmente si usted, como yo, no es muy alto.

Mi modelo de prueba -Rubicon- tenía el motor turbo de 2.0 litros. La aceleración fue pareja y en todo momento estuvo a la altura de las exigencias. Lo mismo puedo decir de los frenos, confiables, progresivos y potentes. También me impresionó la transmisión automática de ocho velocidades, que ofrece transición eficiente y suave.

Algo que siempre me llama la atención de los Jeep Wrangler es la distribución de peso y la sensación de balance pese a su forma más bien cuadrada y a su altura.

Es un todoterreno en el más estricto sentido del término. Cuenta con barras estabilizadoras desconectables (con apenas apretar un botón), dos sistemas de tracción total, a las cuatro ruedas – Command-Trac y Rock-Trac, unidos al sistema de transferencia de velocidades Selec-Trac. Además, en el caso del Rubicon para la prueba, tuve neumáticos capaces de hacer frente a cualquier prueba con los que se promete la posibilidad de vadeo de hasta 76 centímetros (29’’), 44 centímetros (17’’) para ángulos de ataque y 37 (15’’) para ángulos de salida. ¿Otro detalle que enamora a un aventurero? El sistema Shift On The Fly, que permite cambiar sobre la marcha entre la tracción en dos y cuatro ruedas, hasta una velocidad de unas 45 mph.

En lo personal me pareció muy cómodo, con butacas que ofrecen espacio, confort y soporte, y en las que me atrevería a hacer un viaje largo. De hecho, he de confesar que en el viaje que hice a la playa, me eché una siesta en el asiento trasero, que resultó ser una cama cómoda y firme, con vista a un cielo azul, despejado y maravilloso. Si, dicho esto, usted no quiere buscar su Jeep Wrangler e irse a por una aventura, permítame que le sugiera que vuelva a considerarlo. ¡No se arrepentirá!

No espere, eso sí, un vehículo ultra silencioso, o uno que absorba las irregularidades del camino sin que ustedes las sienta. El Jeep Wrangler fue hecho para que uno conecte los sentidos con los de cada aventura. Es un vehículo que lo ayuda a uno a sentir que está vivo, que oye, que ve, que se mueve, que siente la vida… Y por supuesto, es un vehículo desde el que la visibilidad –gracias a la altura y al diseño- es excelente.

Los materiales en la cabina son de buena calidad. Lejos están los días en que cuando uno hablaba de un Jeep Wrangler venían a la mente imágenes de materiales que para ser buenos y duraderos debían ser ásperos, duros, poco atractivos. Hoy, la tecnología permite que la calidad, la funcionalidad y la alegría del tacto, vayan de la mano. Hay buen número de espacios donde colocar o guardar objetos, incluidos los electrónicos como teléfono móvil o Tablet, y no faltan las mallas que también son muy útiles para guardar cosas que no “vuelen” cuando andamos sobre terrenos irregulares y/o escarpados.

En la consola central se ubican el selector de marchas y la caja de transferencia, ambas con logos de Jeep que dan un toque adicional de diseño… una especie de recordatorio constante del vehículo tan especial que manejamos.

La abundancia de puertos USB, permiten funcionalidad y conexión. En lo personal, me encantó contar con cuatro puertos USB -dos adelante y dos atrás- y tres del tipo USB-C. En los tiempos que corren, ¡todo puerto USB, suma!

En cuanto a la capacidad de carga, el Jeep Wrangler ofrece 31,7 pies cúbicos en el maletero. Quizás no sea un espacio excesivamente generoso, pero es adecuado para llevar los elementos necesarios para la aventura, o en el caso del techo rígido desmontable, para guardar los paneles. Por cierto, cuenta con un panel bajo el suelo del maletero que multiplica el espacio para guardar objetos y para mantener algunos más valiosos, resguardados.

Por otra parte, si usted cuenta con el paquete para remolque, podrá halar de hasta 3,500 libras.

El Jeep Wrangler que tuve para la prueba ofrecía sistema Uconnect, con gráficos claros e imágenes precisas. Los botones en el panel central permiten controlar las funciones de forma sencilla, rápida y sin complicaciones, incluyendo las opciones para audio, que en mi caso son importantes ya que me encanta acceder a radio AM/FM y satelital mientras manejo y sin sacar la vista de la carretera.

En cuanto a los sistemas de seguridad, tuve a mi disposición el de tráfico en punto ciego, alerta de tráfico posterior cruzado y sistema de mitigación en caso de impacto frontal inminente.

El Jeep Wrangler 2018 se ofrece en versiones con dos y cuatro puertas. El modelo de dos puertas está disponible en las opciones Sport, Sport S y Rubicon, mientras que al cuatro puertas, se suma la opción del modelo Sahara.

El modelo base es el Sport. Calza llantas de 17 pulgadas, cuenta con neumático de repuesto, luces antiniebla, acceso sin llave, control de velocidad crucero, ajustes básicos para la butaca del conductor, tapicería en tela, volante telescópico al que se puede ajustar la altura, se le pueden quitar las puertas y bajar el parabrisas, incluye pantalla táctil de cinco pulgadas, tecnología Bluetooth, cámara posterior, puerto USB, puerto auxiliar de audio, sistema de sonido con ocho parlantes y butacas posteriores abatibles 60/40.

A este modelo sigue el Sport S, cuyas llantas son de aleación -también de 17 pulgadas-, suma espejos retrovisores externos eléctricos, alarma, volante forrado en cuero, y visores para tapar el sol, que incorporan espejos con luz en el reverso.

El modelo Sahara, que como comenté solo está disponible como cuatro puertas- lleva llantas de aleación de 18 pulgadas y algo que me parece muy práctico, un puerto de 115 voltios. Además, tiene dos puertos USB, pantalla táctil de siete pulgadas, radio satelital y brinda la opción de conexión con AppleCarPlay o Android Auto. Vale la pena comentar que este modelo se distingue también por paneles externos laterales que son propios del Sahara.

El modelo Rubicon, que fue el que tuve para la prueba, impresiona por lo que ofrece y por su prestación. Con neumáticos de 33’’, ofrecía mayor distancia respecto al suelo, utilizando menos potencia y optimizando la tracción. El Rubicon está equipado con ejes Dana 44 delanteros y traseros, que están reforzados con tubos más gruesos y piezas forjadas para mayor resistencia, rigidez y durabilidad. Incorpora ganchos de remolque de acero, delanteros y traseros y placas protectores de calibre grueso que protegen componentes vitales del vehículo brindando una experiencia todoterreno más segura.

Con una relación de transmisión baja de 4:1, el Rubicon equipado con Rock-Trac® puede ofrecer una relación de trepada de 84:1 cuando está equipado con la transmisión manual. La caja de transferencia para trabajo pesado ofrece más torsión y más control para un desempeño todoterreno superior.

Adicionalmente, al pasar sobre rocas o diferentes superficies y ángulos, la potencia se puede aplicar incorrectamente con facilidad y las ruedas pueden comenzar a girar sin traccionar. El Rubicon está equipado con diferenciales con bloqueo electrónico Tru-Lok® delanteros y traseros. Estos retienen la energía y la distribuyen de forma pareja entre las ruedas para una tracción máxima.

Por supuesto, se le pueden agregar otros elementos gracias a los paquetes de opciones, tales como luces LED, encendido remoto, calefacción en los asientos delanteros y el volante, tapicería en cuero, pantalla táctil de 8,4 pulgadas, sistema de navegación, sistema de alerta de tráfico en punto ciego, sistema de audio Alpine con nueve parlantes y diversos colores para las opciones tanto de techo blanco como duro.

El consumo de combustible del Jeep Wrangler Rubicon 2018 que tuve para la prueba se ubicaba en 22 millas por galón en la ciudad y 24 millas por galón en la autopista.

Si usted quiere un vehículo para la aventura, si una parte importante de su vida transcurre al aire libre, si busca el contacto con la naturaleza y explorar el mundo que lo rodea, visite un concesionario Jeep y sienta en primera persona lo que tiene para ofrecerle un Wrangler. ¡Es una experiencia que bien vale la pena!

El precio base del Jeep Wrangler arranca en los USD 27.945 y el modelo de mi prueba, incluyendo opcionales, llegaba a los USD 53.900.

Para más información sobre este u otros vehículos de Jeep, por favor visite: Jeep

 

 

 

 


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