Considero un privilegio el poder manejar distintos vehículos. Es una actividad que además, me ha enseñado a ser muy flexible. Un día manejo un camión y al siguiente, un sedán. Y hace unos días me pasó algo así. Venía de manejar un SUV de gran tamaño y pasé a Smart ForTwo 2016. Y este pequeñín, me conquistó desde el primer minuto en que lo vi.
Claro que, una cosa es que a uno le resulte simpático un auto y otra, que a uno le parezca un buen vehículo. En este caso, se conjugaron bien ambas posibilidades.
El Smart es por naturaleza un vehículo urbano. Y hay que ubicarse en el segmento para juzgarlo. Si usted espera un todoterreno anda en el segmento equivocado. Si usted busca movilidad, maniobrabilidad y un auto capaz de deslizarse entre el tráfico de la ciudad, está leyendo la nota adecuada.
A mi juicio, el modelo 2016, totalmente rediseñado, gana a su predecesor en cada renglón donde se lo compare. Es más espacioso en su interior, ofrece buen rendimiento de combustible, la transmisión es más suave y ofrece mejor respuesta, y tanto por dentro como por fuera es un auto atractivo, juvenil y dinámico, que por si fuera poco, es capaz de estacionarse en casi cualquier mínimo espacio. Además, liviano como es, acelerarlo era casi adictivo porque contrario a lo que esperaba -con un propulsor pequeño-, el motor responde muy bien y este pequeño con mucho estilo, se impulsa como una bala.
Los materiales en la cabina son de buena calidad y la ubicación y forma de cada pieza en el panel central me resultó cómoda. El espacio me sorprendió. Es más amplio de lo que aparenta cuando uno lo ve desde afuera e incluso el área de carga que es de 9,2 pies cúbicos, me permitió llevar la compra de la semana sin problema.
En el modelo que tuve para la prueba, la puerta posterior se dividía en dos porciones horizontales. La inferior, de material sólido, se habría hacia afuera. Con esto, quedaba expuesta la parte interna que contaba con un pequeño espacio para guardar objetos chicos. La parte superior, de lona, también podía abrirse, permitiendo mayor amplitud de carga vertical.
Me gustó también la opción del techo de lona del cabriolet que tuve para la prueba (tarda unos 12 segundos en abrirse o cerrarse con el toque de un botón); la carrocería a dos tonos, que con la carta de colores que ofrece Smart puede llegar a ofrecer al comprador unas 400 posibilidades distintas de personalización. Ese doble tono se repite en la cabina. Otro elemento que me gustó fueron las luces posteriores con un original diseño y la grilla delantera, que da la impresión de ser una carita amable que espera por uno en los estacionamientos.
Con los autos, como saben, hay muchas sensaciones. A veces algo nos gusta y a veces, no. Y a mí, me gustan estos autos que sobresalen, que destacan en el a veces aburrido panorama automotor y que de algún modo alegran las vías con una gama de colores menos tradicionales, más audaces. Otro aspecto que me encantó es el rango de giro. Su ADN es citadino ¡y queda claro cuando hay que dar una vuelta en un espacio ultra pequeño!
El Smart ForTwo 2016, se ofrece en varios niveles: Pure, Passion, Prime, Proxy y un modelo eléctrico.
El básico es el Pure, que cuenta con llantas de 15 pulgadas, luces diurnas LED, ventanillas automáticas, control de velocidad crucero, tapicería en tela, telefonía Bluetooth, sistema de audio con dos parlantes y conexión USB. Para teléfonos iOS y para algunos Android, se puede “bajar” de forma gratuita la aplicación Cross Connect que permite controlar el teléfono, la radio vía internet, la información del auto y el sistema de navegación, convirtiendo el teléfono en la pantalla táctil del vehículo.
El modelo Passion cuenta con llantas en aleación, detalles externos en color negro, tapicería en tonos contrastantes, espejos retrovisores externos climatizados, volante forrado en cuero, cobertor para el aérea de carga, más ajustes en la butaca del conductor y espacios de almacenamiento adicionales
El nivel llamado Prime añade luces antiniebla, tapicería en cuero, asientos con calefacción, luz ambiente en la cabina y limpiaparabrisas automáticos.
Luego viene el Proxy, que tiene llantas de 16 pulgadas, pedales de aleación, detalles exteriores en blanco, suspensión deportiva, palanquitas de cambio tras el volante, sistema de audio JBL con ocho parlantes y opcional, puede contar con sensores traseros para maniobras de estacionamiento, sistema de alerta de colisión frontal inminente, apoya brazo central y un área especialmente creada para apoyar el teléfono celular que permite ubicarlo justo en el centro de la pantalla central y permite controlarlo como si fuese una pantalla táctil.
Además, existe el llamado ForTwo Electric Drive, disponible un modelo único que tiene casi todo lo que ofrece el nivel Passion, agregando un techo panorámico, tapicería de cuero, control de velocidad crucero y asientos con calefacción.
El Smart ForTwo cuenta con un motor turbo de tres cilindros y 898cc, que entrega 89 caballos de fuerza y 100 libras por pie de torsión. La transmisión estándar es manual y la automática de seis marchas, es opcional. El consumo de combustible se ubica en 34 millas por galón en la ciudad y 39 millas por galón en la carretera (transmisión manual) y 32/39 mpg con transmisión automática.
En cuanto al modelo Smart ForTwo eléctrico, cuenta con un motor de 17,6 Kw y baterías de litio-ion. Entrega unos 47 caballos de fuerza y gracias a un modo especial, puede llegar a los 74 caballos de fuerza por un breve periodo de tiempo. La recarga, utilizando 240 voltios, toma unas seis horas.
En materia de seguridad, el Smart ForTwo 2016 cuenta con frenos anti bloqueo, control de estabilidad y control de tracción, bolsas de aire frontales, incluidas las que protegen las rodillas, bolsas para proteger la cabeza y bolsas laterales. Los sensores traseros y el sistema de alerta de colisión inminente son opcionales en casi todos los modelos.
El precio del Smart FortTwo arranca en los USD14.650 y el modelo que tuve para la prueba, 2016, incluyendo opcionales, llegaba a los USD.
Si desea saber más sobre el Smart, lo invito a que visite: Smart USA
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