Noche del cinco de septiembre de 1991. Probablemente usted dormía. También nosotros. Pero a orillas del Lago Cuomo, en Villa D’Este, un grupo de personas despiertas – ¡muy despiertas!- cambiaba el rumbo de algunas vidas y quizás, en alguna medida, el destino de la Fórmula 1.
Esa noche un complejo movimiento de orquesta selló el paso de Michael Schumacher de Jordan a Benetton y llevó a Roberto Moreno por el camino inverso.
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Enroques ha habido más de uno en la Fórmula 1. Nada sorprendente en un sutil juego de ajedrez y de poder a las sombras del Circo. Sin embargo, para muchos, esa fue la noche en que se puso punto final a los equipos “artesanales”, a los “privateers” que sobrevivían y se desarrollaban más a punta de pasión y astucia que de dinero, y quedó en evidencia el juego político y financiero que había tomado control de aquello que fue un deporte.
Hace apenas unos días, en el paddock de Spa-Francorchamps (Bélgica), Schumacher celebraba sus 20 años en la categoría. Entre un brindis y otro la memoria recorría títulos y victorias… y allá, un poco perdida en el tiempo, resurgía aquella cadena de eventos –no de suerte, no de magia, no de improvisaciones- que fue el hilo conductor de una noche de suspenso que ya quisiera más de un escritor de guiones y que hoy muchos parecieran haber olvidado, o que incluso dicen desconocer. Versiones sobre lo ocurrido hay tantas como personas en esta historia, pero si juntamos sus voces, las cosas ocurrieron más o menos así…
Definiendo pasiones
Se suponía que Eddie Jordan sería dentista. Pero su vida dio una vuelta en U en algún punto y acabó como cajero de un banco. Un movimiento sabio si uno quiere familiarizarse con el color del dinero. Tiempo después se cruzaron en su vida las carreras y ya no hubo marcha atrás. Fue piloto, subió al podio, ascendió y entendió que sus habilidades estarían mejor al mando de un equipo que de un volante. Así, nació Eddie Jordan Racing. Tras mucho batallar llegó en 1991 a la Fórmula 1. Sus pilotos eran el belga Bertrand Gachot y el italiano Andrea De Cesaris.
Se presentaron con un bonito auto verde patrocinado por 7-Up que propulsado por un motor Cosworth solía dejar no siempre muy bien parados a los del equipo Benetton, entonces los chicos “oficiales” de Cosworth.
La temporada avanzaba bien. Jordan se las ingeniaba para conseguir lo que hiciera falta. Era creativo, trabajador y le sobraba pasión por lo que hacía.
Hasta que por agosto Gachot tuvo que ir a tribunales. Unos meses atrás había chocado con un taxista en Londres. Discutieron y Gachot lo roció con gas lacrimógeno. Su acción le valió una sentencia que lo llevó directo a prisión y que dejó a Jordan sin piloto.
Como si eso fuese poco, Jordan parecía andar corto de flujo de caja. Le debía dinero a Cosworth que amenazaba con acción legal e incluso, si pagaba por los motores de ese año, aun necesitaba un proveedor para la temporada siguiente.
Faltaba una semana para el Gran Premio de Bélgica y había un par de cosas que resolver…
Poderoso caballero es Don Dinero
Jordan consideró a varios pilotos y finalmente aceptó una oferta que aparentemente le hizo Jochen Neerspach, de Mercedes-Benz y persona de Internationasl Management Group (IMG): Michael Schumacher, que venía con un cheque de £150.000. Un cheque que, se comentó hace poco, puso Peter Sauber y que se especula, Jordan aceptó para mejorar un poco el asunto aquel del flujo de caja chica…
Mientras eso ocurría Schumacher estaba en Nürburgring precisamente con un auto del equipo Sauber-Mercedes del Grupo C, categoría en la que competía como parte del Junior Team de la Casa alemana junto a Karl Wendlinger y Heinz-Harald Frentzen.
Apenas horas después, el lunes, Schumacher llegaba a Silverstone junto a su manager, Willi Weber, para la prueba de asiento. Sin mucho preámbulo el martes salió a rodar por el circuito Sur de la pista británica. Trevor Foster, encargado de la prueba y quien sería su ingeniero de carrera tuvo que decirle que anduviera más despacio, que conservara el auto porque era el que usarían en el Gran Premio.
Quedaba claro desde el primer momento que no tenían en sus filas a cualquier piloto. El chico era rápido, talentoso y disciplinado. El negocio se selló. Tal como era el plan del Junior Team, Schumacher pasaba del Grupo C a la Fórmula 1.
Dado que la ciudad natal de Schumacher, Kerpen, no está realmente muy lejos de Spa, y dado que venía de las carreras de resistencia, en Jordan todos asumieron que Michael estaba familiarizado con la pista. El mismo Weber pensaba que Schumacher la conocía y se lo confirmó a Jordan. Ya en Spa, Schumacher pidió una bicicleta para ir a conocer el trazado. El shock fue absoluto pero no había nada que hacer excepto seguir adelante.
Cabos sueltos…
Aparentemente ese día, a su regreso al hotel, se mencionó el tema del contrato. Ian Phillips, gerente comercial de Jordan, habría sido el encargado. Y al final, algo firmaron aunque luego se diría que lo firmado aquella semana fue una carta de intención sobre un posible acuerdo. Nada más.
Mientras tanto, como en un universo paralelo, el resto del equipo llegaba a Spa para encontrarse con la noticia de que sus camiones y autos habían sido sellados por oficiales de la justicia belga.
Jordan le debía dinero a un piloto de nombre Phillippe Adams que consiguió una orden legal para impedir que el equipo usara los autos a menos que cancelara la deuda. Adams, sabía que Jordan debía presentarse a carrera para no ser expulsado del campeonato y asumía que además, no abandonaría el país sin sus “pertenencias”. Estaba en lo correcto. El rumor es que Bernie Ecclestone prestó a Jordan los US$150.000 que hacían falta para cancelar la deuda. Hecho el pago, los autos fueron liberados. Todos seguían como si nunca hubiese ocurrido nada.
El viernes Schumacher salió a pista hizo un tiempo como para arrancar desde el octavo lugar y el sábado, avanzó otra posición gracias a una penalización que le dieron a Riccardo Patrese.
Las miradas del paddock se posaban en Schumacher. Al menos de momento, las conversaciones no se centraban en las batallas entree Ayrton Senna, Nigel Mansell y Alain Prost.
Claro que entre una cosa y otra no hubo tiempo para ponerse de acuerdo sobre ese asunto del contrato…
Llegó el domingo y Schumacher fundió el clutch (él insiste en que era una pieza vieja y Andy Stevenson, hoy director deportivo de Force India y entonces mecánico de Jordan, asegura que él mismo la cambió el domingo por la mañana luego del warm-up). Pero esos son detalles ahora sin mucha importancia. Una estrella acababa de nacer.
Entonces comenzó a dilatarse el asunto de la firma del contrato. Quizás, ya se especulaba sobre los problemas de Jordan y se comentaba que para 1992 no estaban seguros de contar con Cosworth o, por como el mismo Schumacher sostiene, porque al no terminar la carrera las expectativas bajaron y ya el asunto no era tan urgente. A lo mejor, no era “tan” estrella como habían pensado.
Y aquí es donde entra en juego otro importante factor de esta historia: ¿Para qué negarlo? el mérito de Schumacher no era sólo su talento sino también… su nacionalidad.
El club de las pirañas
Por esta parte del libreto imaginario sale a escena Tom Walkinshaw, entonces director de ingeniería de Benetton. Conocía a Schumacher del Grupo C (donde dirigió a Jaguar) y sabía qué clase de piloto era el alemán. Había sido rival de su escudería. Walkinshaw contactó a Neerspach sin mucha demora. Neerspach movió sus contactos y verificó que no había contrato. Schummi era agente libre.
De inmediato se reunieron en Londres. La idea era simple: En Monza Schumacher debía ser hombre de Benetton. Dicen que cada uno llegó a la reunión con sus propios abogados. Leyeron contratos y cláusulas. Si Mercedes-Benz decidía regresar a la Formula 1 en los siguientes tres años (el plan inicial era 1993), Schumacher sería de ellos. Valía la pena correr el riesgo.
Ocho días después del GP de Bélgica y tres antes de comenzar el fin de semana de Monza, Schumacher debía presentarse en Jordan para otra prueba de asiento. En su lugar, aquel lunes, aparecieron por allí Neerspach y Julian Jakobi, vicepresidente de la división internacional de automovilismo de IMG. Y aparentemente llegaron con una oferta y un contrato. Se quedaban con Schumacher, se lo llevaban a Benetton y a cambio de le dejaban a Roberto Moreno.
Jordan acababa de regresar de Japón donde se había reunido con Yamaha –gracias a un contacto hecho por Bernie Ecclestone- con la intención de asegurar los motores para 1992. Sabía que su equipo no se iría a pique sin Cosworth y sabía también que con un piloto como Schumacher los resultados llegarían. No estaba dispuesto a renunciar a Schumacher tan fácilmente y presentó batalla legal en el Reino Unido. Batalla que, al no haber contrato firmado con el alemán, perdió.
Benetton tenía como pilotos a Moreno y a Nelson Piquet. El contrato de Piquet tenía cláusulas de salida cuyo costo era muy elevado. Moreno, no tenía tantas protecciones. Intentando retener su asiento –y apoyado por Jordan- también emprendió una batalla legal, en Italia. Y ganó. No podían sacarlo para poner a Schumacher.
El enemigo de mi enemigo, es mi amigo…O algo así…
De acuerdo a la versión de los hechos presentada por Eddie Jordan e Ian Phillips en el libro “The Piranha Club”, Jordan se encontró con Ecclestone y le contó todo lo que estaba ocurriendo. Bernie, que acababa de regresar de comparar unas tierras en Cerdeña, lo escuchó mientras le mostraba los planos de construcción para esos terrenos y sin agregar mucho le dijo que no se preocupara, que él solucionaría todo.
Ese día, a las 7 PM, llamó a Jordan y a Phillips y les dijo que se dirigieran a Villa D’Este.
Al llegar vieron cenando a Bernie. También a Schumacher. Y a Briatore, y Walkinshaw. Y por ahí andaban los abogados de todos…
Ecclestone habló con Jordan y Phillips. La idea era que se quedaran con Moreno a cambio de Schumacher.
Según ellos, les ofrecieron un millón de dólares que no aceptaron y luego le dijeron a Moreno que tampoco aceptara el dinero. Después de todo, había ganado en Corte. Podía retener su asiento. Podía acabar con todo aquello.
Pero, según esa misma fuente, a las 2:30 AM Moreno aceptó una oferta (se especula que medio millón de dólares) y renunció a su asiento en Benetton. Luego fue a Jordan y por US$125.000 quedó garantizado que correría con ellos. Al amanecer todo había terminado.
Epílogo de un guión imaginario…
Con la movida, Benetton garantizaba continuidad con un piloto joven y rápido que podría crecer bajo su ala y con el que ellos podrían incrementar sus negocios en Europa. Como si fuese poco, y según el mismo libro y sus fuentes –aunque no las especifica- Ecclestone aumentaba su tajada del negocio en Alemania ya que estaba establecido en el contrato de televisión con ese país que si un piloto alemán entraba en la F1 el precio de los derechos se duplicaban automáticamente… y con un tercero, se incrementaban otra vez. Eso hubiese ocurrido independientemente del equipo, pero Benetton -quizás por asuntos de branding – ofrecía un paquete difícil de superar en aquel momento.
Perdida la inocencia por completo, la Fórmula 1 se consolidó como el negocio y espectáculo global que es hoy en día.
Schumacher ganó siete títulos mundiales, dos de ellos con Benetton y abrió el camino para que otros pilotos alemanes llegaran y triunfaran en la Fórmula 1.
Eddie Jordan vendió su equipo a Midland Group en 2005. Posteriormente la escudería pasaría a manos de Spyker y en 2008 se convertiría en Force India. En la actualidad, Jordan es comentarista de televisión de Fórmula 1, para BBC.
Ian Phillips dejó Force India a inicios de 2011, tras 19 años con la escuadra (desde aquel lejano 1991 cuando era Jordan…) y se unió a Virgin como director encargado de operaciones.
Tom Walkinshaw llegó a ser propietario de Arrows mientras su empresa, TWR crecía con operaciones en Gran Bretaña, Australia, Suecia y Estados Unidos y se mantuvo exitosamente en el mundo del automovilismo hasta su muerte, en diciembre de 2010.
Flavio Briatore fue forzado a renunciar a su puesto en ING Renault F1 en 2009 por estar involucrado en arreglar el resultado de su equipo en una carrera de F1 y ese mismo año la Federación Internacional de Automovilismo lo suspendió de forma indefinida de la categoría, aunque el Tribunale de Grande Instance de Francia, revocó la sentencia posteriormente.
Un tiempo después de ir y venir de la Fórmula 1, Moreno pasó a correr en monoplazas en Estados Unidos, tanto en ChampCar como en IndyCar.
¿Y Bernie? Bernie sigue siendo el hombre más poderoso de la Fórmula 1…
NOTA: Esta historia fue escrita utilizando material de libros y revistas, en las que los protagonistas contaban su version de los hechos… Es una historia, como tantas otras en el Circus, que circulan aqui y alla y que solo quienes estuvieron en esas negociaciones y reuniones, podrian confirmar… Y a lo mejor, los detalles no son exactos, pero el resultado…bueno, la historia oficial lo certifica!
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