Acude puntual a nuestra cita. Cada año. Es como esos amigos queridos con los que no importa el tiempo transcurrido, nos reencontramos justo dónde habíamos dejado la conversación… Y el Ford Mustang, es esa clase de amigo.
El modelo 2020 -EcoBoost Coupé– que ha llegado a mi casa esta vez, forma parte de la sexta generación, introducida en 2015, y si bien los cambios son pocos respecto al modelo anterior, hay algunos, particularmente en los paquetes opcionales y en el ahora disponible de forma estándar, FordPass Connect.
Sin importar el modelo -y el motor- a todos los Mustang se les siente la potencia, la fuerza bajo el capó. Habrá, sin embargo, quien asegure que el sonido no es tan fuerte como en modelos del pasado; en lo personal, agradezco una cabina un poco más silenciosa, que me da la oportunidad de disfrutar la melodía del motor y una buena conversación, al mismo tiempo.
Su aspecto externo me encanta. Tiene ese aire de deportivo sofisticado y agresivo al mismo tiempo, que conquista a su paso. Es un clásico que se renueva, y siempre lo hace con buen gusto, con aciertos en el diseño y sin perder la personalidad.
El Mustang Ecoboost es impulsado por un motor turbocargado de 2,3 litros y cuatro cilindros que entrega 310 caballos de fuerza y 350 libras por pie de torque. Si a eso le agregamos el paquete de Alto Desempeño, nos encontramos con un vehículo potente que puede hacer que algunos amantes del V8 de 5,0 litros, reconsideren sus prioridades. De hecho, al incluir el paquete High Performance, el Ecoboot acaba contando con frenos de más potencia. Y si usted quiere más, hay más: Sume a lo anterior el paquete Handling y cuente con la impresionante suspensión MagneRide.
El manejo es el que se espera en un auto que está hecho para sentirlo en cada maniobra, y las sensaciones se incrementan dependiendo del modo de manejo que uno elija.
En la cabina encontramos un primera fila con buen espacio -no puedo decir lo mismo de la segunda-, y con butacas firmes. Los elementos de diseño son un buen balance entre lo clásico y lo contemporáneo, con toques vintage y con tecnología y conectividad que nos traen al presente en todo momento. El sistema Sync, de Ford, que “cruza” entretenimiento e información, es intuitivo y sin vueltas.
Siendo el tipo de vehículo que es, no se puede esperar una cabina ultra silenciosa y hay que entender que el sonido del motor forma parte de la experiencia de manejo. En mi caso, confieso que lo encendía manteniendo las ventanillas abajo. ¡La idea es experimentar su música! El panel central ubica controles y funciones de forma lógica y es fácil acceder a ellos incluso, mientras uno conduce.
En estas butacas, firmes, más bien deportivas, es muy importante contar con buen número de ajustes para que el manejo sea realmente cómodo. Es otro logro en el Mustang. También se puede ajustar la dirección, con lo que el volante contribuye en este manejo armonioso.
Las puertas, largas, ofrecen buen ángulo de apertura, aunque entrar y salir en parqueos estrechos puede ser un poco incómodo. Esa apertura amplia -si el espacio lo permite- es la que contribuye a que los pasajeros en la segunda fila puedan tener acceso un poco más confortable. Eso sí, el espacio no abunda en esa segunda fila. Si los pasajeros adelante deben echar sus butacas hacia atrás para estar cómodos, los de atrás, pudieran sentirse restringidos en movimiento.
Dicho esto, algo que si es excelente gracias a unos pilares traseros estrechos, es la visibilidad posterior.
El espacio en el maletero de 13,5 pies cúbicos (más que el Camaro, menos que el Challenger).
En materia de conectividad y seguridad, cuenta con sistemas útiles e importantes. En el Mustang Ecoboot, tuve acceso al sistema de alerta de tráfico en punto ciego, sistema de asistencia para mantenerse en el carril de manejo, sistema de alerta de colisión frontal inminente y sistema de velocidad crucero adaptativa.
El Ford Mustang 2020 Coupé se ofrece en cinco niveles: EcoBoost, EcoBoost Premium, GT, GT Premium y Bullit. Los convertibles se ofrecen en EcoBoost, EcoBoost Premium y GT Premium.
El Mustang EcoBoost es propulsado por un motor turbocargado de 2.3 litros y cuatro cilindros (sí, leyeron bien: cuatro cilindros) que entrega 310 caballos de fuerza y 350 libras por pie de torque. La transmisión puede ser manual, de seis velocidades, o automática, de 10 (opcional).
En su oferta básica, calza llantas de 17 pulgadas, cuenta con una pantalla central de 4,2 pulgadas, acceso sin llave HotSpot 4G LTE, servicio FordPass Connect y un sistema de audio con seis parlantes.
En el caso del vehículo que tuve para la prueba, pude contar además, con sistema doble de escapes, luces frontales LED, ranuras de ventilación en el capó, espejos retrovisores externos con señal incorporada de alerta de tráfico en punto ciego, luces LED posteriores con alerta de cambio de carril incorporado, consola entre los asientos -incluyendo apoya brazo-, volante forrado en cuero, un área de control de temperatura (en la fila delantera), volante telescópico, cámara posterior, bolsas de aire frontales, laterales, sistema de monitoreo de presión en los neumáticos, sistema de anclaje para sillas de niños pequeños en la segunda fila de asientos y alertas de emergencia en caso de accidente.
En el EcoBoost Premium el diámetro de las llantas es de 18 pulgadas, el sistema de audio pasa a tener nueve parlantes, hay compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto, la pantalla central, táctil, es de ocho pulgadas, la tapicería es en cuero; hay mayor número de ajustes posibles para la butaca del conductor y se ofrece el sistema Sync 3, que integra tan bien, entretenimiento e información.
Para ambos modelos existe la opción de agregar el paquete High Performance que nos da unos 20 caballos de fuerza adicionales, frenos de mayor tamaño y potencia, llantas de 19 pulgadas, un radio más corto del diferencial, un radiador más grande, escape activo, resortes delanteros más rígidos, un spliter frontal especial, un alerón posterior más grande y una suspensión ideal para pistas de carrera. Solo disponible para modelos coupé, con el paquete High Performance, el paquete EcoBoost Handling que entre otras delicias nos permite llevar neumáticos más anchos, Pirelli Corsa4.
En el modelo GT, nos encontramos con un vehículo que, para los amantes de Mustang, sin duda, es más tradicional. Su motor es un V8 de 5.0 litros que brinda 460 caballos de fuerza y 420 libras por pie de torsión. En este nivel encontramos que ambos asientos frontales son ajustables electrónicamente y que además, contaremos con sensores posteriores que tanto apoyan en movimientos en reversa. La transmisión estándar es la manual, y existe la posibilidad de tener la automática.
Un paso más, y llegamos al GT Premium, que se parece mucho a su hermano, el EcoBoost Premium, aunque lleva un paquete de opciones –Level 2– que permite optimización y opciones en términos de frenos, suspensión y neumáticos.
En el tope de la oferta, encontramos el Bullit. Así como en los modelos anteriores, se le notan las semejanzas con uno de sus hermanos, el GT Premium. Sin embargo, tiene personalidad propia gracias a un colector de admisión mejorado y, como es de esperarse en la familia Mustang, es el que tiene más potencia, ya que el V8 agrega 20 caballos de fuerza que se sienten deliciosamente al pisar el acelerador. Y por cierto, con ese carácter único, se ofrece con colores externos propios y logos que identifican el nivel en diversos elementos del auto.
En materia de seguridad, el Mustang 2020 EcoBoost Coupé que tuve para la prueba, obtuvo cinco estrellas -el máximo posible en las pruebas del National Highway Traffic Safety Administration– en la evaluación general, en choque frontal (para chofer y pasajero), en choque lateral y en volcamiento.
Para más información sobre este u otros vehículos de Ford, por favor visite: www.ford.com



















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