Hacía poco más de dos años que no me tocaba en suerte un Infiniti QX50, así que cuando le vi llegar se me iluminó el día a sabiendas de que tenía entre manos un vehículo con novedades. Mi primer encuentro con esta segunda generación fue en el Auto Show de Los Ángeles, hace un par de años, y desde entonces esperaba poder probarlo.
No decepciona. Tal como en otros modelos Infiniti, el espacio en la cabina, comodidad y la sensación de lujo, son lo primero que uno nota. Es un vehículo de esos que considero amable, en los que es fácil entrar y salir, conectar los artilugios electrónicos que nos acompañan hoy en día, y que se adapta con flexibilidad a un sinfín de funciones de la vida cotidiana. Debo aclarar, sin embargo, que cada modelo está equipado de una forma distinta y que el que tuve para la prueba fue el llamado Essential, que es el tope de la gama. Aun así, los niveles Luxe y Pure, vienen bien equipados y gracias a los opcionales se puede incluso, agregar algunos elementos que ya sea en el ámbito de la seguridad o la tecnología, hagan nuestra vida más amena, eficiente y hasta predecible.
La visual frontal, es dinámica e imponente. No es un vehículo cuya grilla pase desapercibida y por el contrario, deja sentir su carácter. Es un crossover de lujo y como tal -incluso tras su completo rediseño- está repleto de detalles que nos recuerdan su pedigrí.
No es un vehículo que se sienta particularmente deportivo en el manejo, aunque debo reconocer que el motor turbo de 2.0 litros -compresión variable– y cuatro cilindros que tenía mi QX50 de prueba, brindaba 268 caballos de fuerza y 280 libras por pie de torque. Más que suficiente en mi día a día, contando con aceleración estable y sólida en la autopista, potencia al realizar adelantamientos y fuerza para movilizar un vehículo que en más de una ocasión tuvo carga completa en el compartimento posterior. Otro tanto vale decidir para el freno, que es suave y que responde con propiedad en momentos de necesidad.
Comparado con su predecesor es un poco más corto, pero por otro lado es más alto y ancho, de modo que se compensa en términos de distribución de espacio interno. Esto es algo que se siente particularmente cuando pensamos en el espacio para las piernas, tanto en los asientos delanteros como en los traseros. Incluso, en esta redistribución del espacio, contamos ahora con mayor área de carga que antes –31,4 pies cúbicos– y hasta podemos sumar que las butacas traseras pueden abatirse, incrementando el espacio disponible.
Las butacas son muy confortables. Brindan buen soporte y son de esos asientos en los que no dudaría en hacer un viaje largo por carretera, ya que ofrecen excelente balance entre apoyo firme y opciones de ajuste, como para que uno encuentre el punto de apoyo más conveniente y personal.
Desde el volante, es fácil acceder a los controles en el panel central y por supuesto, gestionar los que se encuentran en el volante. La pantalla táctil ofrece imágenes claras y algo que siempre me gusta en esta marca: La cámara con imagen cenital que me permite ver el vehículo desde arriba, 360 grados. Es algo que no extrañé hasta que lo tuve y que ahora me gustaría tener siempre. No lo considero un accesorio de lujo, sino un detalle de seguridad que me permite proteger el vehículo durante maniobras en sitios estrechos, pero sobre todo, que me da una visual completa para asegurarme que no tengo cerca ni personas, ni mascotas. Por otra parte, se ofrece con una configuración de doble pantalla, permitiendo diversificar la información que uno recibe visualmente y multiplicar las funciones durante el uso.
Las funciones de entretenimiento, información y navegación se integran muy bien. Los comandos responden adecuadamente y en lo personal no tuve inconvenientes conectando mi teléfono inteligente, aunque, al menos el modelo que tuve para la prueba, no ofrecía ni Apple Car Play ni Android Auto.
La visibilidad desde la cabina es muy buena. Además, es un vehículo silencioso, con buen aislamiento del mundo exterior, aunque sin dejarnos incomunicados. Y por cierto, al mencionar la comunicación con el mundo externo, hay que comentar el techo panorámico, amplio, que ofrece luz adicional y que cuando está desplegado, permite incorporar el paisaje a nuestros desplazamientos.
Los materiales y los acabados son de muy buena calidad. Se nota el detalle en el diseño y en las terminaciones. La suavidad al tocarlos es definitivamente, una ganancia. También, es ganancia el tener espacios donde colocar y apoyar objetos, ya sea que se trate del móvil o de una bebida… tanto en la consola central como en los laterales de las puertas e incluso en los bolsillos de la segunda fila, tras los respaldares de los asientos de la primera línea.
Este modelo 2019 cuenta con un nuevo y mejorado motor. Se trata de un turbocargado de cuatro cilindros de compresión variable que permite una aceleración más veloz al tiempo que ayuda en la siempre deseada tarea de ahorrar combustible. La transmisión es continuamente variable (CVT).
El Infiniti QX50 2019 se ofrece en tres modelos: Pure, Luxe y Essential. El sistema FWD es estándar y el AWD, opcional.
El modelo Pure es la oferta básica. Cuenta con llantas de 19 pulgadas, acceso y encendido sin llave, control dual de temperatura, tapicería en cuero simulado, sistema de pantalla central con doble imagen, sistema Bluetooth, cuatro puertos USB, sistema de audio con seis parlantes ajustes electrónicos para la butaca del conductor, butacas posteriores abatibles (60/40), radio satelital y sistema de mitigación en caso de accidente inminente, incluyendo frenado automático.
Al pasar al modelo Luxe, se suma a lo anterior, luces antiniebla LED, alerta de tráfico en punto ciego, calefacción (opcional) en los asientos, rieles en el techo y techo panorámico.
El Essential, ofrece el sistema de cámara 360 grados que comenté anteriormente, sistema de navegación, sensores delanteros y traseros, encendido remoto del motor, limpiaparabrisas automático, tres puntos de control de temperatura en la cabina, y tapicería de cuero. Este nivel ofrece, además, mayor oferta de opcionales, como por ejemplo, volante con calefacción y memoria para las posiciones de manejo, llantas de 20 pulgadas, calefacción en la primera fila de asientos, tapicería en cuero de primera, sistema de control de temperatura con más opciones, asientos con ventilación y persianas para los asientos posteriores. También pueden incluirse opcionales en materia de seguridad, como el alerta de tráfico posterior cruzado, control de velocidad crucero adaptativo, control con alerta de distancia respecto al vehículo que marcha delante, alerta de tráfico en punto ciego, y si es amante de la música y busca un excelente sonido, un sistema Bose de 16 parlantes. Si a todo esto se suma el paquete correspondiente, su QX50 podrá remolcar hasta 3000 libras.
El precio base del Infiniti QX50 arranca en los USD 36.550 y el modelo que tuve para la prueba, incluyendo opcionales, llegaba a los USD 59.585.
Para más información sobre este u otros modelos de Infiniti, por favor visite: Infiniti USA
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