Si anda tras un vehículo diferente, innovador, de los que marcan camino, con aire un poco minimalista y ligero –casi- como “una pluma” (gracias a la fibra de carbón con la que ha sido construido), le recomiendo que le dé una mirada a un BMW i3 2017, que con un mayor rango de autonomía que modelos previos, es un muy práctico EV, que no lo decepcionará.
Este vehículo es un compacto, eléctrico, con espacio para cuatro pasajeros y el modelo que tuve para la prueba fue el nuevo BMW i3 (94 Ah)
El BMW i3, ya en su cuarto año en el mercado, llega en su versión 2017 con pocos pero importantes cambios: Un paquete de baterías más grande -50% más de capacidad de almacenamiento-, que combinado con un motor a gasolina que las recarga cuando están bajitas y no hay enchufe a la mano, hacen que uno pueda desplazarse por la ciudad, sin contratiempos. Permite 114 millas con pura carga de las baterías –33 millas más que el modelo precedente– y hay que añadir que el equipo de diseño trabajó con la mente puesta en que ese paquete de baterías no fuese más grande, sino, más eficiente.
Equipado con el Range Extender, el motor de dos cilindros a gasolina (tanque de 2,4 galones) entra en funcionamiento cuando queda poca carga eléctrica y se encarga de alimentar las baterías para que uno pueda andar unas millas más
Dado lo ligero de los materiales con los que ha sido fabricado, es rápido al acelerar. Y si acepta una recomendación, cuando vaya a un concesionario a probarlo y le ponga el pie sobre el acelerador, asegúrese de no tener nada enfrente a corta distancia. Si, así de rápido. De hecho, de 0-60 mph toma apenas 7 segundos, que no está mal en este segmento. Por otra parte, me permito comentarle que si usted, como yo, maneja los pedales con solo un pie –el derecho en mi caso- tendrá que “tomarle el tiempo” a maniobrar cuando pase del acelerador al freno porque el BMW i3, buscando recuperar energía, se frena un poco antes que uno llegue al pedal de freno… Como todo, es cuestión de costumbre, de “agarrarle el toque”.
Siendo un vehículo que viene de la oficina de diseño de BMW, no es de extrañar que hayan pensado también en una estación de recarga casera –BMW Home Charger Connect– que permite una forma cómoda y rápida de recargar el vehículo en casa, con un cálculo aproximado de electricidad, en Estados Unidos, de USD 2,81/100 millas.
La batería de alto voltaje consiste en ocho módulos con 12 células de almacenamiento cada una. Al optimizar este paquete con más electrolitos y materiales más innovadores, BMW y Samsung SDI han incrementado la capacidad del 94 Ah a 33 kWh. Como punto de comparación el modelo 60 Ah producía 22 kWh.
Las células de litio-ion han sido producidas para alcanzar un óptimo balance entre alta densidad de energía, estabilidad y seguridad en caso de un accidente, y hay soluciones que nuevamente sorprenden por lo “simples” pero eficientes, como por ejemplo que el líquido refrigerante del aire acondicionado en responsable de refrigerar la batería de alto voltaje. La batería de alto voltaje, por cierto, tiene una garantía de 8 años/100.000 millas.
El kit de recarga del BMW i3 (94 Ah) permite que en un cargador nivel 2, la batería de 33 kWh se recargue en 4.5 horas. El cable de conexión se ofrece como es lógico, estándar. En mi caso, que lo conecté a un enchufe regular en el estacionamiento de mi oficina, la recarga no era tan rápida, pero si suficiente para mi rutina de manejo diaria y para andar sin sobresaltos.
Otro aspecto que considero cuando hablamos de nuevas tecnologías es que a veces uno prueba un coche que tiene emisiones cero (o cercanas a cero) pero cuya fabricación en una planta tradicional impacta negativamente el medio ambiente. BMW también ha pensado en esto y la planta de ensamblaje en Leipzig (Alemania) se ha optimizado para que la producción sea lo más amigable posible con el medio ambiente.
Otro detalle que me gustó del BMW i3 es la distribución del peso. En otros eléctricos no siempre encuentra uno ese balance, pero la ubicación de las baterías en este, permite que uno sienta un auto “parejo”, que responde bien al tomar las curvas o al maniobrar en la ciudad o la carretera.
Mi BMW i3 de prueba estaba pintado por fuera en un color llamado Protonic Blue, con acabado metálico. En lo personal me encantó (me gusta ver vehículos en colores llamativos, alegres, poco convencionales). Otras opciones son Mineral Grey, Platinum Silver e Ionic Silver, y los no metalizados y más clásicos, Capparis White y Fluid Black.
En la cabina notará usted que se mantiene el tema de conservación. En el caso de mi vehículo de prueba el tapizado era de una tela reciclada que complementaba con los tonos de las puertas y el panel, exquisitamente. También había detalles en madera. Necesario decir que al sumergirse en esta cabina debe usted ir con la mente abierta. No se trata de diseño convencional. Por ejemplo, el botón para arrancar/apagar el auto, está en la parte superior y trasera del volante. Lo mismo vale decir para el selector de cambio de las marchas, también montado lateralmente casi sobre la columna de dirección. El apoyabrazos entre las dos butacas frontales es pequeño y no ofrece mucho espacio interno para guardar alguna de esas cosas que uno siempre lleva consigo. En el área de carga, aproveché dos cintas elásticas laterales (una a cada lado del maletero) que me permitieron asegurar unos objetos que tuve que transportar. Gracias a esas cintas mis cosas no fueros rodando de un lado al otro. El espacio, en total, era de 11,2 pies cúbicos.
Las llantas eran de aleación, de 19 pulgadas. Conté con sensores posteriores para ayudar en maniobras de estacionamiento, también tuve control de temperatura, conexión Bluetooth, radio satelital y de alta definición, sistema de navegación y una pantalla táctil con graficas de buena calidad –la estándar es de 6,5 pulgadas; la mía era un poquito más amplia gracias a los paquetes de opciones Technology + Driving Assistant-. Todo, muy amigable a la hora de navegar por las funciones. Opcionales, la tapicería en cuero, el techo panorámico y las llantas de 20 pulgadas.
Las butacas me parecieron cómodas, y la del conductor, me ofreció buen soporte. Los ajustes eran manuales, de movimientos sencillos, que no requerían mucha fuerza o presión.
Otro detalle importante: Las puertas traseras no abren de forma convencional. Abren, al revés de lo que estamos acostumbrados y para abrir esas puertas, hay que abrir las delanteras. Es diferente, innovador y cómodo, pero no siempre muy práctico…particularmente si les pasa como a mí, que hay que bajarse en medio de la lluvia para que alguien pueda subir a los asientos posteriores (¡lleven el paraguas a mano!).
El parabrisas es amplio y la visual –en general- me pareció muy buena.
En materia de seguridad mi BMW i3 de prueba tenía control de velocidad crucero, alerta de colisión frontal inminente y cámara posterior.
El precio del BMW i3 arranca en los USD42.400 y sugiero que cuando llegue al concesionario, no deje de preguntar por posibles incentivos financieros que pudieran existir para este vehículo eléctrico.
Si desea más información sobre este compacto innovador o sobre otros vehículos de BMW, por favor visite: BMW USA.
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