A prueba: BMW M3 2013

Uno de los primeros autos a los que le puse el ojo cuando apenas empezaba a manejar, fue el BMW de la Serie 3. Quizás por su relación con las carreras en Europa y por mi pasión por el automovilismo deportivo, pero lo cierto es que no podía sacarlo de mi mente y no encontraba quién me prestara uno para darle una vueltita. Tal fue la pasión que acabé visitando un concesionario para convencerlo de que al menos me permitiera ponerme al volante. Incluso, sin encender el motor… No lo logré.

BMW M3 2012 (Foto: Cortesia de BMW)
BMW M3 2012 (Foto: Cortesia de BMW)

Sin embargo, hace apenas unos días tuve la posibilidad de probar el BMW M3 2013. Y es posible que usted, al leer esta nota, piense que se trata del auto más caro de la Serie 3. Si ese es su único punto de referencia salga ya a probar uno de estos vehículos. Ciertamente es el tope de la Serie 3 y esa M significa “Motorsports”, con lo que es obvio su desempeño de competencia, pero le garantizo que es un vehículo que además de estar hecho para disfrutar la velocidad, cumple a cabalidad con las tareas cotidianas.

Su potencia proviene de un motor aspirado V8 de cuatro litros que puede alcanzar las 8.400 RPM y que brinda 414 caballos de fuerza y 295 libras por pie de torsión. Las opciones en materia de transmisión son o una caja manual de seis velocidades o una automática de siete marchas que permite el manejo mediante palanquitas de magnesio tras el volante, para una sensación más deportiva. ¿De 0 a 60 mph? 4.6 segundos. ¿Consumo de combustible? 14 millas por galón en la ciudad y 20 en la autopista.

Estándar, el BMW M3 2013 cuenta con llantas de 18 pulgadas. Sin embargo, el que me trajeron para la prueba tenía el paquete deportivo que incluye las llantas de 19 pulgadas, que son simplemente sensacionales. El auto tiene muy buen balance y uno lo siente en cada recorrido, tanto si se le exige como si se rueda suavemente, pero en cualquier caso, sabe “pegarse” al suelo y en las curvas su trayectoria es impecable.

En la cabina encontrará un buen balance entre lujo y simplicidad. Su punto fuerte –diría yo- está en los detalles que son, al final, los que marcan el diseño. En la versión coupé que estuve probando los cinturones de seguridad, por ejemplo, son entregados por un sistema automático que evita que uno tenga que contorsionarse en la butaca para alcanzarlos. Los asientos son cómodos, firmes, y el cuero del que están recubiertos ha sido tratado para que en climas calurosos, no se calienten a punto intolerable.

Los detalles en madera y metal, son eso: Detalles. No invaden la visual y el conjunto no cansa. No abundan los bolsillos o espacios para guardar cosas, y en cuanto a la integración de sistemas electrónicos y de entretenimiento, iDrive hace bien su trabajo, aunque requiere que uno se familiarice primero con algunas funciones un poco más complejas que en otros vehículos.

Es un vehículo que usaría –en lo personal- para un viaje de mediano o largo alcance, para dos personas, conductor y pasajero. El espacio en la segunda fila de asientos no sobra. De hecho, con un chofer de 5’10’’, el asiento tras el conductor difícilmente puede usarse. En cuanto al espacio en el maletero, el coupé ofrece 11.1 pies cúbicos y el convertible 9 pies cúbicos. Obviamente, al llevar el vehículo como descapotable ese espacio se ve sustancialmente reducido pero aun así, y vuelvo a mencionar el tema del diseño, se puede llevar un pequeño equipaje atrás.

El precio base del BMW M3 Coupé que manejé arranca en los USD60.100 y el modelo de prueba, con paquetes opcionales, llegaba a los USD 68.195.

Para más información sobre este u otros vehículos de BMW, por favor visite: www.bmwusa.com


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *