En años recientes he tenido el placer de manejar el Infiniti Q50 en más de una ocasión. Es un sedán deportivo, de lujo, elegante, con un toque clásico que le permite destacar con un diseño bien logrado que gracias a retoques anuales siempre luce fresco y al día.
Tiene potencia, su dirección es gentil, su acelerada y su frenada son precisas y es uno de esos vehículos que cuando uno está al volante, logran que manejar sea una de esas tareas que le saca a uno una sonrisa.
En su versión 2018 ha recibido retoques externos –tanto en la parte frontal como en la posterior- y se han introducido pequeñas modificaciones en la cabina, que es silenciosa e increíblemente cómoda. Los detalles de confección son increíbles, los materiales de muy buena calidad y los acabados, impecables.
Los controles están a la mano desde el asiento del conductor y las butacas ofrecen buen soporte, convirtiéndolo en un vehículo en el que sin pensarlo mucho puede uno salir a la carreta y emprender un paseo de mediano o largo alcance, con la certeza de que lo disfrutará. Además, la amplitud permite que viajen confortablemente tanto los pasajeros de la primera como de la segunda fila.
La visibilidad es apropiada y los sistemas como cámara con vista cenital –si su modelo cuenta con esta opción- siempre ayudan a que los movimientos sean confiables.
El Infiniti Q50 se ofrece en cinco niveles, asociados principalmente con la motorización: 2.0t, 3.0t, Red Sport 400 y Q50 Hibrido. Además, este modelo cuenta con subniveles: Luxe, Pure y Sport. Como es de suponer, con esta variedad, las opciones de obtener aquello que usted busca y desea, son altas.
El nivel básico es el 2.0t, que como sus siglas lo indican cuenta con un motor turbo de 2.0 litros y cuatro cilindros, que entrega 208 caballos de fuerza y 258 libras por pie de torsión. La transmisión de este modelo es automática, de siete velocidades. La variante Luxe calza llantas de 18 pulgadas, en la cabina presenta detalles en madera de arce y techo panorámico, mientras que el modelo Pure, tiene llantas más pequeñas, de 17 pulgadas. En otros aspectos son muy similares. Por ejemplo, luces frontales LED, luces antiniebla, acceso y encendido sin llave, tapicería en cuero sintético, cámara posterior, conexión Bluetooth, control dual de temperatura, doble pantalla frontal –la superior de ocho pulgadas y la inferior de siete-, dos puertos USB, y radio satelital.
El modelo 3.0t es propulsado por un motor turbo, V6, de 3.0 litros que brinda 300 caballos de fuerza y 295 libras por pie de torsión. En este nivel encontramos dos opciones: Luxe y Sport. La primera, es muy parecida al 2.0 Luxe, mientras que la segundo tiene llantas de mayor tamaño e incorpora la tapicería en cuero.
El Red Sport 400 –que fue el modelo que tuve para la prueba- también tiene un motor V6, twin-turbo, de 3.0 litros, pero a diferencia de la opción anterior, es más potente y entrega 400 caballos de fuerza y 350 libras por pie de torsión. La transmisión automática es de siete velocidades, y en el caso de mi modelo de prueba, Rear-Wheel Drive. Tras el volante, tenía palanquitas para los cambios de marcha –siempre confieren una sensación más deportiva al manejar- y la suspensión delantera y trasera es independiente. Las llantas de aleación eran de 19 pulgadas y los calipers eran de color rojo. Otro elemento que siempre me gusta probar cuando tengo oportunidad, son los modos de manejo y en el caso de este Infiniti Q50 pude darme el lujo. El deportivo, fue el que mejores sensaciones me transmitió.
Propio también de este modelo, los escapes, que complementan un look distintivo en esta gama. La suspensión es ajustable, la tapicería en cuero acolchado con detalles de pespunteado en color rojo. Tanto las butacas frontales como el volante incorporaban calefacción y las butacas traseras podían abatirse 60/40. Siempre útil, este modelo cuenta con sistema de navegación y además, algunos avances en materia de tecnología que incrementan la seguridad, como alerta de tráfico en punto ciego, sensores posteriores y frontales, cámara con vista cenital, alerta de trafico posterior cruzado, y alerta de colisión inminente con sistema de frenado de emergencia automático. El consumo de combustible en este modelo se ubicaba en las 20 millas por galón en la ciudad y 26 en la autopista.
El siguiente modelo en la lista es el Q50 Hibrido Luxe, que viene a combinar elementos del 3.0t Luxe, el Sport y el Red Sport 400, y que como su denominación lo indica, es un modelo hibrido. Si el consumo de combustible es un tema importante para usted, esta es la opción que debe contemplar.
El precio del Infiniti Q50 2018 arranca en los USD35.200 y el modelo que tuve para la prueba costaba USD60.420, incluyendo opcionales.
Si desea saber más de este u otros vehículos Infiniti, por favor, visite: Infiniti USA.
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